Las galletas con pepitas de chocolate, un clásico indiscutible de la repostería estadounidense, tienen su origen en la década de 1930. La creación de estas galletas se atribuye a Ruth Graves Wakefield, propietaria del Toll House Inn en Whitman, Massachusetts. La historia más conocida sobre el origen de estas galletas cuenta que Ruth decidió añadir trozos de una barra de chocolate Nestlé semi-amargo a su masa de galletas de mantequilla, esperando que el chocolate se fundiera y se dispersara uniformemente por la galleta. Sin embargo, para su sorpresa, los trozos de chocolate mantuvieron su forma, creando un nuevo tipo de galleta que fue un éxito instantáneo entre sus huéspedes.
El éxito de estas galletas fue tal que Ruth llegó a un acuerdo con Nestlé: ella proporcionaría su receta para ser impresa en el envase del chocolate a cambio de un suministro vitalicio de barras de chocolate. Nestlé comenzó a producir chips de chocolate, pequeñas piezas diseñadas específicamente para hornear, facilitando aún más la preparación de estas galletas. Desde entonces, las chocolate chip cookies han sido un favorito en los Estados Unidos y alrededor del mundo, evolucionando en innumerables variaciones pero siempre manteniendo el encanto de su sencillez y delicioso sabor.
Y es que su preparación es muy sencilla, nosotros las hacemos con mucha frecuencia para tomar con el café del desayuno o en la merienda. Ya que solo hay que mezclar todos los ingredientes de la forma adecuada, si tenemos una mezcladora o amasadora nos facilitará mucho la tarea, formamos las galletas y en aproximadamente 20 minutos de horno las tendremos listas. Si prefieres una versión sin mantequilla, hace un tiempo preparamos unas cookies sin mantequilla que quizás te gusten más.
Receta de Galletas con pepitas de chocolate
Tiempos y otros datos de la receta
Ingredientes para Galletas con pepitas de chocolate
- 75 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 gramos de azúcar moreno o blanco
- 1 huevo
- 175 gramos de harina
- 1 cucharadita de postre de levadura química
- ½ cucharadita de postre de bicarbonato
- 1 cucharadita de postre de esencia de vainilla o vaina de vainilla
- 100 gramos de pepitas de chocolate o gotas de chocolate
Utensilios necesarios
- Amasadora
Cómo preparar Galletas con pepitas de chocolate
- Precalentamos el horno a 170℃ para tenerlo listo en el momento de hornear las galletas.
- Ponemos la mantequilla a temperatura ambiente y el azúcar en el bol de de la amasadora, encendemos la amasadora y mezclamos ambos ingredientes.
- Añadimos el huevo previamente batido y mezclamos con la amasadora hasta que se integren todos los ingredientes.
- Mientras, en otro recipiente mezclamos la harina, con la levadura y el bicarbonato. Mientras seguimos mezclando vamos añadiendo poco a poco esta mezcla al bol de la amasadora hasta integrarlo todo.
- Añadimos la vainilla y las pepitas de chocolate, seguimos amasando hasta que estén mezclados todos los ingredientes.
- Ponemos papel de horno en una bandeja de horno y con una cuchara vamos sacando porciones de ese tamaño de masa, hacemos bolitas y las ponemos sobre el papel de horno a suficiente distancia para que después no se nos junten.
- Tendremos mucho cuidado de no juntarlas demasiado porque acto seguido las pisaremos un poco con la mano previamente humedecida con agua para formar la galleta.
- Introducimos al horno y horneamos durante 15 o 20 minutos.
- Cuando las galletas estén listas podemos sacar del horno, dejar enfriar en una rejilla y están listas para comer estas galletas con pepitas de chocolate.
Consejos de preparación
- Puedes comprar gotas o trocitos de chocolate en la mayoría de supermercados, si no siempre puedes romper trocitos de chocolate de una tableta, pero el resultado no será tan uniforme.
- La mantequilla no debe estar fría, si no nos costará mucho que se mezcle con el resto de ingredientes.
- Si quieres que se vean más trocitos de chocolate sobre las galletas, una vez formadas puedes añadir algunos trocitos más de chocolate por encima.
- Una vez se hayan enfriado, guarda las galletas en un recipiente hermético para que se mantengan en buenas condiciones, aunque por lo general no suelen durar muchos días porque se acaban antes de ponerse malas.
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