Las gargantas del Todra son una serie de gargantas que el río Todra ha dibujado a su paso por esta zona cuya composición es principalmente de roca caliza, facilitando su erosión. Aunque actualmente un río riega ligeramente su fondo, la altura de sus paredes nos dan una idea de la fuerza que tuvo que tener el agua durante muchos años para excavar hasta 400 metros en algunos puntos.
Durante nuestro viaje a Marruecos visitamos muchos puntos como este donde el agua es el protagonista y en un lugar como Marruecos son auténticos oasis. Tras recorrer centenares de kilómetros de zonas áridas o desérticas encontrar estos rincones donde el agua fluye entre las rocas es toda una sorpresa. Nada más llegar se pueden ver algunos canales de agua que para abastecer las ciudades y agricultura cercana que dan algo de vida a la zona.
Paseo por el interior de las Gargantas del Todra
Ya a la entrada de las gargantas del Todra empezamos a ver los típicos vendedores de recuerdos, principalmente pañuelos con los colores y motivos bereberes. E inmediatamente las impresionantes paredes de las gargantas de varias decenas de metros de altura. En el fondo de la garganta discurre el río Todra, gracias a que el agua brota y discurre sobre piedras se mantiene totalmente transparente durante todo su recorrido.
Si el nivel del agua no es demasiado alto se puede pasear por la pista de cemento que discurre al lado del río. En época de lluvias nos comentaron que estas pistas pueden llegar a quedar inaccesibles, por lo que antes de decidir si visitar esta zona vale la pena tener esto en cuenta. Aunque en cualquier sitio donde contratemos una excursión que lo incluya nos informarán de estas posibles situaciones que dificulten su visita.
Nosotros lo visitamos a finales de septiembre y la cantidad de agua que discurría por la garganta no era demasiada, por lo que pudimos caminar por la zona preparada para ello siempre llevando mucho cuidado con los vehículos que acceden. Normalmente para llevar las cuerdas y demás utensilios de los escaladores, pero en otros casos para llevar a los turistas hasta el final de la zona accesible en vehículos de 4 ruedas. Agradecimos pasear casi un kilómetro por el interior de las gargantas del Todra para poder disfrutar de sus paredes de hasta 100 metros de altura.
Llegamos a un punto donde se puede ver cómo el agua brota de entre las piedras y aquí el guía nos dice que podemos beber agua tranquilamente porque es potable. Además se puede ver que es el lugar preferido por los locales para abastecerse de agua. Podemos ver varios grupos de burritos con bidones de agua en sus alforjas y generalmente mujeres llenando los recipientes, cargándolos en los animales y guiándolos de vuelta a casa.
Escalada en las paredes de las gargantas del Todra
Siguiendo el paseo el guía nos comenta que este es un destino muy conocido entre los escaladores, sobre todo Españoles y Franceses. Personalmente no conozco este deporte, pero investigando algo sobre este tema, las gargantas del Todra ofrecen excelentes vías de grados 5-8 y algunas de ellas equipadas. La mayoría de ellas tienen una longitud de unos 25 metros, pero hay algunas con varias tiradas que pueden llegar a cubrir 300 metros. En la entrada el Pillar du Couchant ofrece posibilidades de escaladas largas para escaladores más experimentados, mientras que la Petite Gorge es mejor para los escaladores que se estén iniciando.
Y efectivamente, seguimos caminando hasta llegar a algunas zonas donde hay vehículos rotulados con nombres de empresas de escalada o aventura y si nos fijamos arriba en las paredes hay numerosos escaladores. Como algunas vías están equipadas, habían incluso grupos de escaladores noveles iniciándose en este deporte. Nos comentaron que estas empresas tienen instructores certificados internacionalmente por lo que ofrecen cierta seguridad, lo que no quita que sea un deporte peligroso, nos confirmaron que todos los años hay algún accidente mortal. Si pensamos que nosotros fuimos en temporada baja y el número de escaladores ya era importante, en temporada alta debe estar repleto de ellos.
Llama también la atención un hotel restaurante dentro de las gargantas que tuvo que cerrar porque tras algunos desprendimientos menores, una gran roca aplastó parte de uno de sus edificios y el gobierno decretó su cierre definitivo. Por suerte no hubo víctimas porque en ese momento el edificio aplastado estaba vacío, pero podría haber sido una tragedia. Su nombre es Kasbah Les Roches y por lo que nos contaron tuvieron que abrir a unos kilómetros al lado de la carretera pero ya fuera de las gargantas y del peligro que entrañan los desprendimientos.
De vuelta a la realidad
Como en otras zonas de Marruecos, aquí también pudimos ver la diferencia del nivel de vida entre los turistas, que acudíamos con buenos vehículos 4×4 con aire acondicionado y nevera para bebidas, algunos simplemente para admirar las gargantas y otros para practicar la escalada. Mientras los locales se mezclaban entre nosotros tras caminar varios kilómetros para conseguir algo tan básico como agua potable para poder beber y cocinar, algo que nosotros estamos acostumbrados a obtener simplemente abriendo un grifo en casa.
Estas situaciones demuestran que estás en un rincón auténtico del mundo, donde la población local también acude a beneficiarse de este agua cristalina que nos regala el Todra y que nosotros mismos nos atrevimos a beber. Pero también nos enseña las dificultades que tiene alguna gente de la zona para acceder a algo tan básico e imprescindible para la vida. Transportado durante muchos kilómetros al sol en envases reutilizados de dudosa higiene.
¿Dónde están situadas y cómo llegar?
Encontraremos las gargantas del río Todra en la parte oriental de las montañas del Alto Atlas, aproximadamente a unos 350 kilómetros al este de Marrakech. En coche esta distancia se puede cubrir en unas 6 horas, por lo que su visita desde esta ciudad obliga a hacer noche. Y además no solo se aprovecha para visitar este paraje natural.
Desde la ciudad de Tinghir estaremos a solo 25 km por una carretera accesible para cualquier tipo de vehículo, lo que facilita su acceso, pero también que puedan llegar los autobuses y llenar por completo la zona central. Nosotros teníamos esta ruta incluida en el circuito hasta el desierto, pero desde Tinghir se puede llegar en taxi y otros tipos de transporte público que en el hotel donde nos alojemos seguro estarán encantados de indicarnos.
Para su acceso en coche hay parkings de pago a la entrada donde poder aparcarlo mientras paseamos por las gargantas, aunque el interior es practicable en coche solo vimos vehículos de las agencias de viajes de aventura y vehículos pesados para transporte. No tengo claro si está permitido acceder a los turistas en coche o aparcar en su interior si no es por temas profesionales. Lo que no debemos perdernos son los miradores desde los que observar pueblos bereberes y palmerales.
Vídeo durante la visita
Estas son algunas de las tomas de vídeo que grabamos durante nuestra visita a las Gargantas del Todra.
Fotos de las gargantas del Todra
Y como siempre algunas fotos, además de las que has podido ver durante el post.
Un escenario que impresiona por su orografía y por la sorpresa de esconde con este afluente de agua cristalina sin el cual seguramente no sería posible la vida en sus alrededores, o al menos no tanto. Si viajas de Marrakech al desierto de Merzouga o simplemente cerca de esta zona, las gargantas del Todra son una parada imprescindible en el camino.
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